Me apetece compartir en diversos posts ejemplos de interpretaciones que quitan el hipo y que se han quedado grabadas en mi memoria y en mi corazón. Ahí va la primera: John Cazale como Fredo en El Padrino
El Padrino de Coppola atesora actuaciones prodigiosas. Cualquier actor o proyecto de serlo puede aprender muchísimo de esta icónica enciclopedia de la interpretación. La trilogía está preñada de personajes memorables, perfectamente dibujados por actores de la talla de Brando, De Niro, Pacino, … Un lujo de reparto hoy impensable.
Selecciono en esta ocasión una de esas perlas, una que para mi es profundamente conmovedora: la de John Cazale en el personaje de Fredo.
Los caminos de la interpretación son inexcrutables. Cuando un actor se enfrenta a un personaje siempre hay vértigo y debe haber mil preguntas, para las que, como muchas veces en la vida, no hay respuesta. Pacino dice que Cazale fue el actor que más le enseñó de interpretación, que le“enseñó a hacer preguntas sin tener que contestarlas.”
Cazale tenía un importante entrenamiento teatral antes de rodar el Padrino en el año 1972. Lamentablemente solo pudo rodar cinco películas que le bastaron para demostrar que era un actor titánico (además de El Padrino I y II, La conversación, Tarde de perros y el Cazador) porque murió prematuramente a los 42 años.
La construcción del personaje de Fredo es prodigiosa. Es imposible no sentir compasión por ese hombre frágil, el hijo débil de Vito Corleone, acomplejado en una familia de hombres más fuertes que él. ¡El Padrino habla de tantas cosas! ¿Quién no se reconoce en el Fredo temeroso, acomplejado, frustrado y deseoso de cualquier tipo de reconocimiento? Y es porque el actor lo humaniza de una forma casi dolorosa.
Hoy recupero una secuencia de El Padrino II que siempre me ha fascinado: Aquella en la que Fredo confiesa a Mike que le ha traicionado. Lo hace en una especie de terraza acristalada de la casa de Mike en Nevada. Pacino está de pie y Cazale en una tumbona desde la que habla durante toda la escena.
Cazale hace un trabajo audaz con el cuerpo aprovechando su posición para mostrarse como un hombre derrotado, resentido, que reconoce ante su hermano su vulnerabilidad y su autodesprecio. En el documental que HBO realizó hace algunos años traducido al español como “Descubriendo a John Cazale” Coppola dice que no pudo haber imaginado nunca la utilización de Cazale hizo de esa tumbona.
Una auténtica belleza.